Hoy siento en mi una plenitud que no recuerdo haber sentido antes, esa tranquilidad interna que pide ser disfrutada y compartida.

Aparece una voz egoica que dice que la disfrute porque no siempre será así, se me vienen a la cabeza esas creencias de que después de la calma viene la tormenta, pero hoy no creo en ello, si en los frutos de una disciplina de ir adentro y escuchar a mi corazón, de trascender mis limitaciones a través de la respiración, como cuando era apenas un niño y respirando poquito pero con fe le gané al asma en estados al borde de la muerte.

Hoy tengo la certeza que cualquier incomodidad que venga la voy a trascender respirando, por más que aparezcan por momentos resistencias en formas de pereza, desgano, flojera, sé que esta herramienta está acá para sentir la expansión después de la contracción.

Respiro porque me hace sentir pleno, más conectado con mi esencia, con esa paz que habita en mí, que hace que vea al universo más bonito, que pueda escuchar al espíritu hablar a través de mi hermana/o y allí encontrar la respuesta que había pedido.

Porque si, siempre nos responde, solo que a veces esperamos que sea de cierta forma en particular.

La plenitud hoy la siento en vacío, vacío de exigencias, de etiquetas, de haceres por tapar.
Conectando con esa semillita que soy reconozco que cuanto más me vacío, más lleno me siento.

Gracias respiración por llevarme a nuevos lugares



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